A Contraluz (de tu cuerpo)
Published by Amco under En la Azotea, Reflexiones on 22:01
Puente Viejo (by me)
Pasos, parecen perseguir el camino que trazo entre la espesa bruma, que la ciudad guarda en sus calles, que tú una vez me dijiste que escondería nuestro clandestino amor, si así se puede llamar.
Locura era pues la que me aguardaba cada día en el alféizar de la ventana; que esperaba a los pies de mi oxidada cama, aguardando a ser recogida por mis sueños, mis pensamientos, por ti...
Mas como un perro que aun recibiendo sin merecerlo palizas que aquel al que guarda entrada y puerta, sigo volviendo a tu lecho, aun sabiendo que no recibiré mas que un "medio caluroso" y "medio frío" gesto de tu mano, o un apenas audible sonido caído de tus rojizos labios... pero lo hago gustoso.
Me debato siempre entre el si y el no, entre el tu y el yo, nunca de acuerdo, ni contigo ni conmigo, lucha diaria ante el espejo, ante tus cartas sangrantes de fuego en la estantería de mis recuerdos; al fondo a la derecha, junto a los poemas que me recitabas y que nunca pude oír, tonto de mi, hasta que dejaste de gritármelos al oído.
Y mis palabras efímeras son, y tu perfume envenena mi mente, y me engaña, mis actos de poco sirven en mi lucha, y tu tacto paraliza mi piel y la suaviza y mi mano ya no escribe tu prosa, ni tus versos, que ya no me dejan ver.
Pasos, parecen perseguir el camino que trazo entre la espesa bruma, que la ciudad guarda en sus calles, que tú una vez me dijiste que escondería nuestro clandestino amor, si así se puede llamar.
Locura era pues la que me aguardaba cada día en el alféizar de la ventana; que esperaba a los pies de mi oxidada cama, aguardando a ser recogida por mis sueños, mis pensamientos, por ti...
Mas como un perro que aun recibiendo sin merecerlo palizas que aquel al que guarda entrada y puerta, sigo volviendo a tu lecho, aun sabiendo que no recibiré mas que un "medio caluroso" y "medio frío" gesto de tu mano, o un apenas audible sonido caído de tus rojizos labios... pero lo hago gustoso.
Me debato siempre entre el si y el no, entre el tu y el yo, nunca de acuerdo, ni contigo ni conmigo, lucha diaria ante el espejo, ante tus cartas sangrantes de fuego en la estantería de mis recuerdos; al fondo a la derecha, junto a los poemas que me recitabas y que nunca pude oír, tonto de mi, hasta que dejaste de gritármelos al oído.
Y mis palabras efímeras son, y tu perfume envenena mi mente, y me engaña, mis actos de poco sirven en mi lucha, y tu tacto paraliza mi piel y la suaviza y mi mano ya no escribe tu prosa, ni tus versos, que ya no me dejan ver.
